La complejidad de nuestra sociedad

Germán Escobar
4 min readMay 9, 2021

El hombre nunca fue a la luna. El coronavirus no es real y nos quieren esterilizar con vacunas. El cambio climático es una mentira. La tierra es plana. Cada vez más escucho estas ideas de personas comunes con buena educación.

Es posible que algunas de estas ideas sean ciertas, no podemos afirmar lo contrario porque, el primer problema, es que la mayoría recibimos toda esta información de fuentes secundarias: libros, noticias, YouTube, etc.

Mi objetivo no es defender una posición u otra, es simplemente que seamos conscientes de la forma en que todas estas fuentes nos programan y nos imponen una opinión, una opinión que después vamos a sustentar a los demás casi como si fuera nuestra. Es una condición humana.

Desde el siglo XV hemos creído que esta condición humana se puede superar con cada nuevo avance que permite diseminar la información más fácil y rápidamente: la imprenta, la radio, la televisión e Internet. Pero la realidad es que, aunque estos avances traen muchos beneficios, también traen sus propios peligros (como cualquier otra tecnología).

Los algoritmos de recomendación

En los primeros días de Internet era necesario salir a buscar información de manera activa, pero hoy la información simplemente nos llega, somos constantemente bombardeados por sugerencias para seguir utilizando una u otra aplicación.

Una vez que vemos un video sobre algún tema, por ejemplo en YouTube, el algoritmo inmediatamente nos empieza a recomendar contenido similar. En principio es una gran idea pero, como cualquier tecnología, puede ser usada para bien o para mal.

Si una persona quiere aprender física cuántica y busca algunos videos en YouTube, es genial que después el algoritmo le recomiende otros videos similares para seguir aprendiendo.

El problema es cuando la gente busca o recibe de alguien un video sobre algún tema polémico o conspiratorio -por ejemplo que Hilary Clinton es una pederastra que tortura niños, basado en unas interpretaciones ridículas de unos correos- el algoritmo sigue recomendando videos similares, y esto refuerza “la veracidad” de la idea.

Es muy peligroso porque la gente empieza a creer lo que dice Internet y reciben más y más argumentos que les ayudan a racionalizar esa idea.

Creadores de historias

El segundo problema es que a los humanos nos encanta crear historias dramáticas que mezclan la ficción con la realidad. No por nada libros y películas como “El Código Da Vinci” venden millones de dólares.

Pero no sólo nos encantan las historias, nos encantan las historias con héroes y villanos, con buenos y malos claramente definidos. Esto crea una visión simplista e ingenua de la realidad.

Esto no quiere decir que debamos desechar las ideas polémicas, pero es simplemente ser conscientes de esta condición que tenemos los humanos: que la realidad no nos parece tan emocionante como las historias.

Verdades y creencias

No existen verdades absolutas. Este tema ya lo expliqué en otro post pero la idea principal es que no existen verdades sin creencias. Todos tenemos un sistema de creencias que nos limita.

Mucha gente cree que tener mente abierta es que los demás acepten y adopten sus creencias. Obviamente no es así. Tener una mente abierta es entender que nuestras “verdades” están enmarcadas dentro de nuestro propio sistema de creencias.

Es por eso que es importante separar las “creencias” de las “verdades”. Yo creo que la tierra es redonda, pero debemos dejar abierta la posibilidad de que sea plana. Incluso si uno ha ido al espacio y “visto” la tierra redonda debe creer que sus ojos no lo están engañando, que no está en un sueño ni es parte de una simulación, que son escenarios posibles (aunque uno no lo crea ;)

Racionalización

Quizá uno de los problemas más grandes de nuestra condición humana es la capacidad de racionalizar casi cualquier cosa que creemos, es decir, buscar argumentos a favor de eso que ya creemos. Y pensar que, como nuestros argumentos son “correctos”, esa es la verdad.

La mayor expresión de arrogancia es creer que uno es capaz de discernir entre lo cierto y lo falso.

Nadie es inmune al sesgo de confirmación, que nos hace aceptar las ideas que soportan nuestras creencias con menos críticas que aquellas que las desafían.

¿Qué podemos hacer?

Lo primero es aceptar que como humanos tenemos una cantidad de sesgos cognitivos que no nos permiten ser objetivos, no importa qué tanto lo intentemos.

Segundo, dejar de pensar que los demás están equivocados o son menos inteligentes sólo porque no creen lo que nosotros creemos y empezar a entender que tienen un sistema de creencias diferentes (esta sola idea podría cambiar nuestra sociedad).

Tercero, entender que lo que creemos ha sido programado por nuestros padres, maestros, las noticias, Reddit, Twitter, YouTube, etc. Eso no quiere decir que uno no pueda tener una posición, es sólo ser consciente de nuestra propia condición.

Conclusión

De nuevo, el objetivo no es encontrar quién tiene la verdad y quién está equivocado, es empezar a ser conscientes de nuestra condición como humanos, aceptar esa condición y de esa forma empezar a entender a los demás con más respeto y humildad.

A diferencia de lo que muchos creen el problema no es el sistema capitalista o el sistema educativo, o un grupo de personas que están conspirando con algún fin en especial, el problema es mucho más profundo en la sociedad y comienza por las mismas personas que toman estas posiciones polarizadas creyendo que tienen la verdad, que saben “más”, y que los demás están equivocados.

Esto tampoco quiere decir que sea mejor que caiga un meteorito y acabe con la sociedad, es entender que estamos en un punto muy temprano de la evolución y que cada vez somos, y vamos a seguir siendo, más conscientes sobre estos temas, que aún nos estamos adaptando y aprendiendo a vivir en una sociedad tan compleja como la nuestra.

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